7 de agosto de 2010

Bonito en escabecha, conserva

Después de hacer el bonito en escabeche y comprobar lo sabroso que estaba, me animé a hacer un poco de conserva para poderlo comer en época en que no se encuentran tan fácilmente los bonitos.
Podéis pensar que estoy duplicando el trabajo y que me estoy repitiendo, pero la conserva no la hice del mismo modo que el escabeche para consumir en unos pocos días. Ca más trabajo, pero os aseguro que vale la pena.
En la pescadería me prepararon un bonito de casi cinco kilos de peso.
Llegué a casa con cuatro lomos de bonito enteros y con piel. ¡Casi tres kilos de lomos de bonito!
Los siguientes ingredientes fueron:
  • un litro y 1/4 de aceite de oliva
  • medio litro de vinagre de vino
  • un vaso de agua mineral
  • pimentón dulce, una cucharadita de postre colmada
  • sal
  • pimienta de Jamaica en grano
  • pimienta negra en grano
  • dos cabezas de ajo
  • una cebolla mediana picada gorda.
Corté los lomos de bonito en tacos, sin quitar la piel y los puse en remojo en agua fría con sal (más o menos, una cucharada sopera de sal por litro de agua). Los he dejado en remojo durante un par de horas.
Mientras tanto he preparado el escabeche. Poner un par de vasos de aceite en una cazuela, sofreir la cebolla hasta que está transparente, poner el pimentón, remover y añadir enseguida aceite frío para que cortar la ebullición y que no se queme el pimentón. Añadir el resto de aceite, el vinagre, el agua y tenerlo hirviendo unos cinco minutos. Reservar.
He preparado una cazuela grande con mucha agua con un poco de sal, la he llevado a ebullición y he escaldado los trozos de bonito durante dos minutos.
Hecho esto, hay sacar el bonito del agua, quitar la piel (ahora se quita muy fácilmente) e ir poniendo los trozos en los botes que tendremos preparados para hacer la conserva.
Dejar un poco de espacio en el bote para añadir la cebolla del escabeche. Poner en cada bote unos granos de pimienta, media hora de laurel y un par de dientes de ajo.
Cubrir con el escabeche caliente, cerrar los botes y esterilizarlos en agua hirviendo que no llegue a cubrir los botes durante unos 40 minutos, o menos si usáis una olla a presión.
Con la esterilización, el bonito se acabará de cocer.
Dejar enfriar los botes, comprobar que las tapas se han combado hacia adentro (es señal de que se ha hecho el vacío) y guardar en sitio fresco, seco y oscuro.

Bonito en escabeche

Parece que es la época del bonito bueno y barato.
Por ello una idea estupenda es la de consumir un poco de tiempo en la cocina y preparar un estupendo bonito. El paladar nos lo agradecerá.
Para ello vamos a necesitar los siguientes ingredientes:
  • un kilo de lomos de bonito fresco cortado en trozos
  • un vaso grande de aceite
  • medio vaso de vinagre de vino
  • un poco de agua mineral (la mitad del vinagre que hemos puesto)
  • media cebolla picada gorda
  • seis o siete dientes de ajo
  • diez o doce granos de pimienta negra
  • una hoja de laurel
  • una cucharadita moka de pimentón dulce
  • cuatro o cinco granos de pimienta de Jamaica (es opcional, pero si la podéis encontrar, usadla, es más aromática)
  • Sal
En primer lugar poner en un recipiente un par de litros de agua fría con una cucharada colmada de sal, meter el bonito y dejarlo dos horas en la nevera. De esta forma desangraremos bien los lomos de bonito.
En una cazuela poner la mitad del aceite, calentar y poner los ajos y la cebolla.
Dejar que se sofría hasta que la cebolla esté transparente, poner el pimentón, remover y añadir enseguida el resto del aceite frío para cortar la ebullición y que no se queme el pimentón.
Añadir el vinagre y el agua. Llevar a ebullición unos cinco minutos.
Sacar los lomos de bonito del agua fría, ponerlos en una cazuela, poner los gramos de pimienta y el laurel, echar por encima el escabeche y cocer durante unos minutos (con quince minutos es suficiente). Rectificar la sal, si es necesario.
Retirar del fuego, dejar enfriar y guardar el el frigorífico.
Está mucho mejor después de reposar 24 horas en el frigorífico.

25 de marzo de 2010

Mi elaboración de pan casero

Esto no va a ser una receta puesto que ya hay una receta detallada con el proceso.
Voy a publicar esta entrada para los amigos que quieren hacer pan de forma regular.
Primero hago una masa fermentada con 500 gramos de harina, 250 gramos de agua y 10 gramos de levadura fresca de panadería.
Lo mezclo, lo amaso y lo dejo fermentar durante 4 o 5 horas, bien cubierto con un plástico para que no se reseque.
Estos 750 gramos de masa los divido en 6 porciones iguales y las meto en el congelador, así tendré masa fermentada cada vez que la necesite sin esperar a que se haga.
El día que voy a hacer pan, saco del congelador una porción y la dejo a temperatura ambiente durante todo el día.
Tengo el tiempo calculado, así que siempre empiezo la elaboración del pan a la misma hora, siempre por la tarde pues es el momento en que estaré en casa.
A las 6'30 de la tarde me pongo manos a la obra.
Tamizar 800 gramos de harina, añado media cucharadita moka de mejorante de panadería (opcional, claro está), y dos cucharaditas moka colmadas de sal.
Mezclo la masa fermentada con la harina, estirándola y rompiéndola en tiras.
Peso 410 gramos de agua mineral a la que añado 10 gramos de levadura fresca de panadería.
Lo meto todo en la panadera doméstica y pongo el programa de amasado.
El proceso de amasado y primer levado dura 1 hora y media en la máquina, yo lo dejo unos 15 minutos más. El tiempo dependerá de la temperatura ambiente, hay que dejar que duplique su volumen.
Pasado este tiempo, saco la masa y le doy un ligero amasado. La divido en las porciones deseadas y la dejo reposar unos 5 minutos mientras preparo la bandeja de horno.
Para que el pan se hornee bien por debajo, me he hecho una rejilla de alambre que pongo encima de la rejilla del horno, y después pongo papel de horno.
Le doy forma a las porciones (normalmente dos o tres piezas), las pongo encima del papel de horno, las cubro con un paño de algodón o lino ligeramente humedecido y las dejo que sigan fermentando dentro del horno (es el mejor lugar, apartado de corrientes de aire).
Una vez transcurridos unos 100 minutos o cuando doblen su volumen, pongo el horno a calentar a 190 grados. Se deben de meter en el horno cuando están creciendo pues una vez perdida la fuerza de la fermentación la masa empieza a bajar.
Doy unos cortes a los panes con un cuchillo muy afilado y los introduzco en el horno ya caliente, en la parte baja, donde permanecerán 32 minutos.
Transcurrido ese tiempo apago el horno y los mantengo 5 minutos más en su interior sin abrir.
Después los saco del horno, los dejo cubiertos con un paño de algodón, y a la mañana siguiente estarán perfectos para consumir.

31 de enero de 2010

Conservas caseras, conservación

Después de haber estado un tiempo considerable en la cocina, el último paso es el que puede fastidiar todo el trabajo realizado.
Para la conservación de las conservas caseras, valga la redundancia, es esencial tener los recipientes adecuados y seguir los pasos que os detallo a continuación.
He acabado usando en muchas ocasiones los envases de cristal de conservas compradas en el supermercado. Si voy a guardar los envases, procuro elegir aquellos en los que se ve que la tapa está en perfecto estado. Cuando abro el envase siempre lo hago sin utilizar ningún utensilio que pueda dañar la forma o el estado de la tapa. Los limpio bien, los seco con esmero y los guardo en una bolsita de plástico, cada tarro con su correspondiente tapa.
Desechar aquellos envases que ofrezcan dudas o que la tapa no esté en perfecto estado.
Antes de usarlos hay hervirlos durante 15 minutos para eliminar cualquier bacteria o microorganismo que puedan tener.
La mayoría de las veces utilizamos estos envases para guardar mermeladas por lo que paso a detallar los pasos para una buena conservación. La mejor opción es la de comprar botes y tapas nuevos, o tapas del modelo adecuado para evitar reciclar tapas viejas.
Una vez esterilizados los recipientes y las tapas, las ponemos sobre un paño limpio para que se escurran bien. Se secarán casi totalmente por la evaporación del agua que llevan por efecto del calor.
Colocar la mermelada muy caliente en los recipientes, la temperatura no tiene que haber bajado de 105º C. Se producirá otra esterilización por efecto del calor de la mermelada. Tapar bien el bote y ponerlo boca abajo para que se esterilice la tapa.
Nosotros lo hacemos protegiendo nuestras manos con guantes de silicona para evitar cualquier salpicadura que pueda producirnos una quemadura en la piel.
Si estáis haciendo mermelada de alguna fruta en trozos que tienden a subir, ir volteando los botes de vez en cuando para que los trozos se vayan repartiendo al mismo tiempo que la mermelada va enfríando y adquiriendo consistencia.
Una vez fríos, comprobar que la tapa se ha combado hacia el interior, será la señal de que todo el proceso ha sido correcto. Guardar los envases con el producto final en lugar fresco y seco.

26 de enero de 2010

Churros con chocolate


No me podéis decir que no os entran ganas de coger un churro de los que os muestro y darle un bocado.
Cada vez que paso cerca de una churrería me entran ganas de comprar unos cuantos, pero siempre me detengo.
Puede que sea el olor de aceite requemado o que tengo certeza de que los bocaditos de churros me van a estar repitiendo en el estómago durante varias horas.
Pero hechos en casa, es otra historia. No se tarda más de media hora y es un desayuno o merienda estupendo para presentar cuando tengamos ese poquito de tiempo que se necesita.
Para su elaboración vamos a necesitar una manga pastelera con una boquilla estriada de tamaño medio, una del 8 es buena. Una buena manga pastelera cuesta unos 4 euros y una boquilla 2 euros. Eso es lo que nos cuestan unos pocos churros.
También vamos a necesitar una freidora o sartén honda con unos 3 cm de aceite.
Ingredientes:
  • 165 gramos harina floja o de panadería (no usar harina de fuerza)
  • 30 centilitros de agua
  • media cucharadita moka de sal
  • una nuez de mantequilla
  • un huevo mediano
  • azúcar
Con estas cantidades salen churros para cuatro personas.
Hay que poner el agua a hervir en una cazuela, añadiendo la mantequilla y la sal.
Tamizar la harina con un colador, dos veces.
Cuando el agua empiece a hervir, apartar la cazuela del fuego, echar la harina de golpe y remover con energía con una cuchara o paleta de madera.
Poner sobre el fuego al mínimo (aconsejo que se haga sobre un fuego muy suave para que no se queme) y seguir removiendo durante un par de minutos.
Pasar la masa a un bol, dejar enfríar unos 5 minutos (depende de la temperatura ambiente) o menos si estamos en invierno, añadir el huevo y mezclar muy bien, batiendo con la cuchara de madera para incorporar aire.
Cuando esté bien mezclado, poner en la manga pastelera y dejar enfríar.
Preparar la sartén o freídora con bastante aceite de girasol.
Ir dejando caer la masa directamente al aceite, cortando con unas tijeras o con los dedos.
Sacar de la freídora, dejar sobre papel absorbente, espolvorear con azúcar y servir.
El chocolate os lo dejo a vuestro libre albedrío.