25 de diciembre de 2009

Pasta filo, triangulo


Este año nos tocaba preparar la cena de Nochebuena y queríamos hacer algo especial.
Habíamos visto recetas hechas con pasta filo. La apariencia de los platos preparados con esta pasta de origen griego era muy buena y además no eran difíciles de preparar.
Estuvimos intentando preparar pasta filo en casa, pero es una labor que hemos decidido dejar a los profesionales. Para los que tengáis curiosidad os dejo este enlace que os mostrará un vídeo en el que se aprecia la experiencia y habilidad de los operarios de una fábrica artesanal de masa filo.
Al final la encontramos en un supermercado, congelada, de procedencia griega.
En el paquete iban 12 hojas de 35x45 centímetros.
Una vez compradas surgió el problema de cómo empanar una buena mezcla para que quedara con buena apariencia.
Hicimos unos triángulos que quedaron muy presentables.
El envase no traía instrucciones detalladas por lo que tuvimos que pensar un poco y al final todo ha salido bien.
Sacamos el paquete del congelador sin abrir y lo tuvimos 24 horas en el frigorífico. Lo sacamos a temperatura ambiente unas dos horas antes de la utilización. Esta masa es muy fina, como papel, por ello se seca rápidamente, no hay que sacarla del envase hasta el momento de usarla.
Una vez preparado el relleno abrimos el envase y, con muchísimo cuidado, desplegamos las hojas
sobre un paño de algodón ligeramente enharinado con maicena. Hicimos dos cortes a lo largo y nos quedaron 36 hojas de unos 11'5x45 centímetros que mantuvimos cubiertos de film de plástico Separábamos 5 o 6 para trabajar y los volvíamos a cubrir con el film.
En realidad, para una cena de seis personas, hicimos 12 triángulos y el resto de pasta filo lo guardamos dos días en el frigorífico. La usamos al cabo de dos días y seguía en perfecto estado.
Como más vale una imagen que mil palabras, os ponemos este vídeo con la elaboración final.
Hicimos varios rellenos, este que veis en el vídeo es de espinacas con atún, huevo y langostinos picados. El plato de la foto es triangulo de pasta filo con confit de pato, pera y reducción de oporto.
Para que la pasta quede crujiente y que no se peguen los pliegues hay que poner una fina capa de aceite o mantequilla, en la foto lo aplico con pincel. Para rellenos salados hay que pintar con aceite, para dulces, mejor pintar con mantequilla derretida.
Podéis poner cualquier relleno pero siempre con una regla, no debe contener líquido.
Una vez descongelado el paquete, no se puede volver a congelar, pero puede mantenerse en perfecto estado en el frigorífico durante varios días.

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