6 de diciembre de 2009

Piel de naranja confitada


Después de varias tentativas sin éxito, parece que al fin ha salido.
Hemos estando haciendo pruebas con varias recetas pero no salía según lo previsto, hemos hecho algunas modificaciones sobre lo que hemos leído y a la tercera va la vencida.




Ingredientes:
  • naranjas navelinas o nável
  • azúcar
  • 100 gramos de azúcar glas
  • agua natural
Os ponemos los pasos que hemos seguido para conseguir una piel confitada y glaseada con sabor a naranja pero sin amargura, de forma que la podais degustar sola o para acompañar postres y platos salados que requieran aroma a naranja.
Hacer un corte fino en la piel en sentido horizontal, y después varios cortes longitudinales.
Con la ayuda de una cuchara, o un cuchillo romo, sacar la piel de la naranja, incluida la parte blanca que en casi todas las recetas se desecha.
Vamos a cocer las pieles en un almíbar con concentración de azúcar en aumento por la evaporación del agua.
En una cazuela cubrir los pedazos de piel de naranja con agua fría, dejar unas cuatro horas. Con un cuchillo romo, raspar la parte blanca que se ha ablandado. Quedará más o menos la mitad de la parte blanca de la piel.
Cambiar el agua y llevar a ebullición durante cinco minutos. Colar, volver a poner agua fría y volver a llevar a ebullición durante cinco minutos. Repetir el mismo paso.
En total habremos hervido las pieles tres veces.
Pasar por colador, pesar las pieles que tenemos, y dejar que se escurran bien las pieles de naranja.
Mientras se escurren, preparar un almibar con mitad agua (mineral), mitad azúcar (el peso del azúcar será un poco más que el peso de las pieles). Cuando el almibar levante el primer hervor, poner las pieles de naranja, bajar el fuego al mínimo y dejar que hiervan en el almíbar durante 5 minutos.
Retirar del fuego y dejar las pieles en el almíbar durante 24 horas.
Al día siguiente poner la cazuela al fuego, llevar a ebullición y mantener 5 minutos más. Apagar el fuego y dejar 24 horas.
Así hasta cinco días (a no ser que la piel sea muy fina y tengáis suficiente con cuatro días). Al quinto día, sacamos las pieles del almíbar y reservamos. Ponemos el almibar al fuego y añadímos un 20% (respecto del peso inicial) de azúcar, llevamos a ebullición y colocamos las pieles de naranja. Dejamos hervir durante 5 minutos al igual que días anteriores, veremos que la piel se ha ido poniendo como transparente a lo largo de todo el proceso. Dejamos enfríar y reposar 24 horas.
Al sexto día, no ponemos la cazuela al fuego. Pasamos las pieles por un colador (no tirar el almíbar, nos puede servir para otras cosas) y las dejamos escurrir por espacio de un par de horas. Procurad que las pieles se escurran bien.
Pasamos las pieles por azúcar glas, o por azúcar normal y las ponemos a secar durante 24 horas o más encima de una rejilla. El tiempo de secado dependerá de la humedad ambiental que tengamos en casa. Una vez secas, que se note que el azúcar de encima se ha endurecido, guardar en un bote hermético.
Si habéis hecho muchas conviene ponerlas dentro de bolsitas pequeñas y las bolsitas en el recipiente hermético.
De todas formas, si se os secaran demasiado, a la hora de utilizarlas las podéis poner en remojo en zumo de naranja o limón.
Un apunte final para pelar la naranja. La última vez que confité piel de naranja no pelé la naranja, hice lo siguiente: primero exprimí la naranja, pero sin apurar y sin dañar la piel. Después corté las mitades exprimidas en cuatro trozos cada una, y las puse en agua fría durante una hora. Con un cuchillo romo quité la parte de la pulpa que había quedado con la piel y ya seguí el proceso habitual.
Pues el anterior no era el apunte final, ahora hay otro. Se me ocurrió guardar el almíbar usado en la cocción para futuros usos. NO vale la pena, no tiene buen sabor, todo el sabor se ha quedado en la piel.

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